En una noche de tormenta, nace la bella Marina aparentemente sin vida. La bebé es recibida por Damiana, la partera del pueblo, quien unas horas antes atendió el alumbramiento de un niño sano, pero que desafortunadamente su madre no sobrevivió. Don Luis, el padre de Marina, desde que se casó con Prudencia, vive empeñado en tener un hijo varón, desea un heredero que trascienda su ilustre apellido Ocaranza. Desafortunadamente, Prudencia queda imposibilitada para volver a embarazarse, situación que apremia a su nana Angustias a convencer a Damiana de beneficiar a la familia y al bebé que quedó huérfano, haciéndolo pasar por legítimo hijo Ocaranza Arzuaga. Es así como Luis Alberto, el gran orgullo de Don Luis, crece en cuna de oro y viaja al extranjero para estudiar la carrera de medicina. Marina, milagrosamente sobrevive y crece feliz rodeada de la naturaleza al lado de Damiana, quien le enseña a conocer el mundo de manera distinta, debido a que es invidente. El encanto de Marina por su actitud alegre, fresca e independiente, conquista el cariño de cuantos la conocen. A la vida de Marina llega el doctor Isauro, quien fascinado por su belleza interior y física, decide tomarla bajo su tutela y cultivarla. Lo primero que hace Isauro, es enseñarla a leer y escribir en braille, convirtiéndola en una gran lectora. Posteriormente, Isauro entrena a Marina como asistente para su consultorio médico. Un accidente provoca que la vivienda de Damiana arda en llamas con Marina dentro. Isauro sin pensarlo, entra a la choza para salvarla y su rostro queda desfigurado. El amable, gentil y bien parecido doctor Isauro, a partir de este momento, se convierte en un hombre resentido, egoísta. Un ermitaño que sólo permite y disfruta de la compañía de Marina. Los Ocaranza regresan al rancho. Prudencia pide a su nana encontrar el sepulcro de su hija. Angustias localiza a Damiana, pero ésta se niega a confesar la verdad. Cuando quiso decirles que la niña no murió, se habían ido y no está de acuerdo en entregar a su Marina, ya que es después de más de 20 años que vienen a interesarse por ella. Marina tiene un gran amigo llamado Toribio, aunque se trata de un adulto mayor, su espíritu es el de un niño de 8 años. Toribio la adora y ha sido siempre su compañero de juegos. Un día de esos divertidos para ambos, Marina y Toribio se asustan al escuchar un balazo. Toribio huye a esconderse, pero Marina se topa con Luis Alberto a quien le reclama matar, lastimar y asustar a los animales que no le han hecho nada. Alberto queda muy impresionado con la joven e intenta acercarse a ella, pero Marina no se lo permite, hasta que un día en que vuelven a encontrarse, Alberto le promete nunca volver a tomar un arma. Un bello sentimiento que ninguno conocía, crece entre Marina y Alberto. La atracción es tan intensa que en un accidente que los acerca demasiado, se besan en los labios y con el alma. Alberto reacciona y se siente fatal porque es novio de Vanessa desde hace varios años. Se disculpa con Marina, le dice que fue un error y se despide. Marina no entiende que para Alberto sea un error lo que para ella fue lo más hermoso de su vida. Alberto intenta inútilmente continuar con su vida, pero Marina atrapó su corazón. Alberto decide terminar su relación con Vanessa, lo que ella no acepta, más presionada por Susana, su madre, que por ser su deseo. Su matrimonio es esperado y exigido por ambas familias. Los padres de Alberto rechazan la idea de que su hijo se involucre con una ciega pueblerina a la que maltratan y humillan al considerarla una arribista, pero el amor de Alberto y Marina es inmenso, así que se casan a escondidas y cuando se presenta como su esposa, el conflicto es tan grande, que Damiana revela el intercambio de los niños. Don Luis se niega a creer que tiene una hija ciega y la rechaza. Al descubrir el matrimonio de Marina y Alberto, Isauro furioso reclama a Marina que le pertenece porque siempre la ha amado, la ha cuidado, la educó y le muestra su rostro desfigurado por haber salvado su vida. Marina que siempre lo consideró como un padre, se impresiona fuertemente. Isauro le administra un somnífero como pretexto para que se tranquilice, lo que utiliza después para hacerle creer que la hizo suya. Poco después, Marina descubre que está embarazada, le da la noticia a Alberto, ambos tienen duda sobre la paternidad del bebé. Alberto no quiere como su hijo al producto de una violación. A Marina le duele, pero se divorcian. Continúan sus vidas separados, pero sin dejar de amarse. Marina no cabe de dicha cuando da a luz a Mateo, el motor que la impulsa a esforzarse más y más cada día. En el hospital donde trabaja Marina como enfermera, se encuentra con el doctor Ricardo Bazán, eminencia en oftalmología que la convence de someterse a una operación. La cirugía se realiza con éxito. Lo primero que Marina ve, es la sonrisa de su hijo. Posteriormente descubrirá que Alberto ha estado cerca de ella porque trabajan en el mismo lugar, pero Lucrecia, la nueva prometida de Alberto, orquestará todo tipo de artimañas para evitar que la pareja retome su relación, lo que también conviene a Ricardo que se ha enamorado de Marina y le propone matrimonio. Muchas serán los obstáculos a vencer, muchos se opondrán a su felicidad, pero su amor inmenso triunfará al lado de su hijo Mateo Con o Sin tu mirada.
Sin Tu Mirada Capitulo 37
En una noche de tormenta, nace la bella Marina aparentemente sin vida. La bebé es recibida por Damiana, la partera del pueblo, quien unas horas antes atendió el alumbramiento de un niño sano, pero que desafortunadamente su madre no sobrevivió. Don Luis, el padre de Marina, desde que se casó con Prudencia, vive empeñado en tener un hijo varón, desea un heredero que trascienda su ilustre apellido Ocaranza. Desafortunadamente, Prudencia queda imposibilitada para volver a embarazarse, situación que apremia a su nana Angustias a convencer a Damiana de beneficiar a la familia y al bebé que quedó huérfano, haciéndolo pasar por legítimo hijo Ocaranza Arzuaga. Es así como Luis Alberto, el gran orgullo de Don Luis, crece en cuna de oro y viaja al extranjero para estudiar la carrera de medicina. Marina, milagrosamente sobrevive y crece feliz rodeada de la naturaleza al lado de Damiana, quien le enseña a conocer el mundo de manera distinta, debido a que es invidente. El encanto de Marina por su actitud alegre, fresca e independiente, conquista el cariño de cuantos la conocen. A la vida de Marina llega el doctor Isauro, quien fascinado por su belleza interior y física, decide tomarla bajo su tutela y cultivarla. Lo primero que hace Isauro, es enseñarla a leer y escribir en braille, convirtiéndola en una gran lectora. Posteriormente, Isauro entrena a Marina como asistente para su consultorio médico. Un accidente provoca que la vivienda de Damiana arda en llamas con Marina dentro. Isauro sin pensarlo, entra a la choza para salvarla y su rostro queda desfigurado. El amable, gentil y bien parecido doctor Isauro, a partir de este momento, se convierte en un hombre resentido, egoísta. Un ermitaño que sólo permite y disfruta de la compañía de Marina. Los Ocaranza regresan al rancho. Prudencia pide a su nana encontrar el sepulcro de su hija. Angustias localiza a Damiana, pero ésta se niega a confesar la verdad. Cuando quiso decirles que la niña no murió, se habían ido y no está de acuerdo en entregar a su Marina, ya que es después de más de 20 años que vienen a interesarse por ella. Marina tiene un gran amigo llamado Toribio, aunque se trata de un adulto mayor, su espíritu es el de un niño de 8 años. Toribio la adora y ha sido siempre su compañero de juegos. Un día de esos divertidos para ambos, Marina y Toribio se asustan al escuchar un balazo. Toribio huye a esconderse, pero Marina se topa con Luis Alberto a quien le reclama matar, lastimar y asustar a los animales que no le han hecho nada. Alberto queda muy impresionado con la joven e intenta acercarse a ella, pero Marina no se lo permite, hasta que un día en que vuelven a encontrarse, Alberto le promete nunca volver a tomar un arma. Un bello sentimiento que ninguno conocía, crece entre Marina y Alberto. La atracción es tan intensa que en un accidente que los acerca demasiado, se besan en los labios y con el alma. Alberto reacciona y se siente fatal porque es novio de Vanessa desde hace varios años. Se disculpa con Marina, le dice que fue un error y se despide. Marina no entiende que para Alberto sea un error lo que para ella fue lo más hermoso de su vida. Alberto intenta inútilmente continuar con su vida, pero Marina atrapó su corazón. Alberto decide terminar su relación con Vanessa, lo que ella no acepta, más presionada por Susana, su madre, que por ser su deseo. Su matrimonio es esperado y exigido por ambas familias. Los padres de Alberto rechazan la idea de que su hijo se involucre con una ciega pueblerina a la que maltratan y humillan al considerarla una arribista, pero el amor de Alberto y Marina es inmenso, así que se casan a escondidas y cuando se presenta como su esposa, el conflicto es tan grande, que Damiana revela el intercambio de los niños. Don Luis se niega a creer que tiene una hija ciega y la rechaza. Al descubrir el matrimonio de Marina y Alberto, Isauro furioso reclama a Marina que le pertenece porque siempre la ha amado, la ha cuidado, la educó y le muestra su rostro desfigurado por haber salvado su vida. Marina que siempre lo consideró como un padre, se impresiona fuertemente. Isauro le administra un somnífero como pretexto para que se tranquilice, lo que utiliza después para hacerle creer que la hizo suya. Poco después, Marina descubre que está embarazada, le da la noticia a Alberto, ambos tienen duda sobre la paternidad del bebé. Alberto no quiere como su hijo al producto de una violación. A Marina le duele, pero se divorcian. Continúan sus vidas separados, pero sin dejar de amarse. Marina no cabe de dicha cuando da a luz a Mateo, el motor que la impulsa a esforzarse más y más cada día. En el hospital donde trabaja Marina como enfermera, se encuentra con el doctor Ricardo Bazán, eminencia en oftalmología que la convence de someterse a una operación. La cirugía se realiza con éxito. Lo primero que Marina ve, es la sonrisa de su hijo. Posteriormente descubrirá que Alberto ha estado cerca de ella porque trabajan en el mismo lugar, pero Lucrecia, la nueva prometida de Alberto, orquestará todo tipo de artimañas para evitar que la pareja retome su relación, lo que también conviene a Ricardo que se ha enamorado de Marina y le propone matrimonio. Muchas serán los obstáculos a vencer, muchos se opondrán a su felicidad, pero su amor inmenso triunfará al lado de su hijo Mateo Con o Sin tu mirada.