La historia gira en torno principalmente al amor entre dos personas que en un comienzo son totalmente diferentes fue desterrada de sus tierras en el pasado a causa de la ambición de poderosas familias de la región, los Isaza y un socio cercano, Antoine Lacouture (el padre de Diana). Años más tarde, Diana, la hija de Antoine, conoce al Monchi y se enamoran, en este momento la historia de las dos familias (Los Maestre y los Isaza) vuelve a cruzarse, pues Antoine, arrepentido de haber arrebatado las tierras de los Maestre, decide que es necesario devolvérselas. A esto se opone férreamente el señor Isaza, quien hace todo lo posible por evitar que los Maestre reclamen y recuperen sus tierras, llegando incluso a incendiar la choza de los Maestre para tratar de amedrentarlos.
En medio de todo esto surge el amor entre Monchi y Diana Lacouture, quien resulta comprometida con Fito (Nicolás Nocetti), un argentino ambicioso que busca casarse con ella para arrebatarle la fortuna que le corresponde, incluso llegando a chantajearla con la salud de Antoine su padre para obligarla a casarse aunque ella no lo ame.
Esta es la historia del Monchi Maestre, un joven humilde con alma de artista, que quiere ser cantante y triunfar en el competido mundo de la música. Su personalidad encantadora y su tesón para lograr lo que quiere lo llevarán a conquistar no sólo sus sueños sino a Diana Lacouture, la mujer que le roba el corazón desde el primer momento en que la ve. Monchi es de ese tipo de hombres con un encanto profundo que va más allá de su apariencia, seduce con sus sueños, con su grandeza. Su rebeldía no es contra su destino, es contra su realidad, contra la pobreza de su familia, contra la falta de oportunidades. Monchi se siente con la fortaleza de retar su suerte, sabe que tiene que jugársela toda y entonces es ambicioso, con una capacidad inaudita de reponerse, de levantarse y salir de las cenizas aunque es un joven que tiene un talento único para meterse en problemas, para poner el mundo al revés y para decir lo que no se debe. Tiene idealizada a Diana en un profundo amor platónico que se alimenta de ilusiones y de ingenuas sonrisas, que él tomará como declaraciones de amor y certezas de compromiso. Estas señales los irán uniendo en un confuso sentimiento, al cual Monchi no va a renunciar hasta lograr que su “Bonita”, su musa, la fuente de su inspiración y su mayor promotora, le abra su corazón.